El compliance penal es mucho más que la mera implementación de sistemas de prevención de delitos en las sociedades.
La empresa que cuente con un modelo de compliance implementado, tendrá una mayor visibilidad y transparencia de su funcionamiento y un mayor control sobre el mismo. Así las decisiones de negocio y empresariales serán más adecuadas, reduciendo al mínimo cualquier tipo de riesgo, ya sea legal o reputacional.
Ademas, un sistema preventivo de este estilo sirve como garantía de cara a terceros, pues demuestra que la empresa cumple tanto con la legalidad como con las buenas prácticas empresariales.
Con la reforma del Código Penal de 2010 se introdujo la obligación de crear un sistema de Compliance en las empresas, pero no fue hasta la reforma de 2015 cuando se detalló específicamente cómo debía cumplirse con dicha obligación de crear un modelo preventivo.